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Ofrecimiento de Laureano Ortega a chinos es entrega total del territorio nacional

Laureano Ortega ofreció tierras estatales y beneficios sin precedentes a China en una cumbre empresarial. Opositores nicaragüenses como Alfredo Gutiérrez y Alex Aguirre denuncian que "Es una entrega total de la soberanía" y la creación de "estados dentro del Estado". ¿Qué implican las Zonas Económicas Especiales para la economía, los derechos y la ley en Nicaragua

Noviembre 04, 2025 10:00 AM
Ofrecimiento de Laureano Ortega a chinos es entrega total del territorio nacional

Las recientes declaraciones de Laureano Ortega Murillo en la XVIII Cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe, donde ofreció a empresarios chinos concesiones que incluyen tierras estatales, tarifas preferenciales de energía y la creación de Zonas Económicas Especiales (ZEE), generaron críticas por parte de la oposición nicaragüense. Dos voces prominentes en el exilio, el exconcejal liberal Alfredo Gutiérrez y el joven activista Alex Aguirre, calificaron estas acciones como una "entrega total de la soberanía" y un acto "ilegítimo" que hipoteca el futuro del país.

Gutiérrez subraya que la oferta de otorgar tierras propiedad del Estado de Nicaragua a empresarios chinos es actuar al "margen de la ley" y pasando "encima de los intereses nacionales". El exconcejal recuerda que, si bien el proyecto de ley no mencionaba explícitamente la cesión de tierras estatales, esta práctica es la "manera tradicional como el sandinismo siempre ha actuado y continúa actuando".

El activista Alex Aguirre amplía esta crítica, calificando la iniciativa no solo como una oferta comercial, sino como una acción "gravísima" que compromete el territorio y el poder del Estado. Para Aguirre, la promesa de Laureano Ortega de tarifas preferenciales para acceso a energía, recursos naturales y, crucialmente, terrenos estatales, consolida un proceso de "entrega completa" del país.

Inconstitucionalidad y la Amenaza de las Zonas Económicas 

Uno de los puntos de mayor preocupación para los expertos es la legalidad y el alcance de estas concesiones, especialmente en territorios estratégicos.

Alfredo Gutiérrez menciona que la nacionalización de la franja fronteriza de 15 kilómetros, tanto en el norte como en el sur, pone directamente esta zona en "ofrecimiento a los inversionistas chinos o al mismo gobierno chino". Lo que es más preocupante, según Gutiérrez, es que esta movida "te abre la puerta para que en el futuro hayan otras nacionalizaciones de otra naturaleza de otros territorios en otros lados" que puedan ser luego otorgados.

Alex Aguirre compara las ZEE nicaragüenses con las criticadas ZEDE (Zonas de Empleo y Desarrollo Económico) en Honduras, advirtiendo que, aunque se llamen diferente, serán "estados o mini estados dentro del estado de Nicaragua". Su alerta es contundente: en una extensión de territorio entregada a una empresa china, ni el poder judicial, ni la policía, ni el ejército nicaragüense tendrían jurisdicción. Quienes "van a mandar y van a imponer la fuerza y la ley van a ser quienes hayan accedido a estos territorios", lo que representa una transferencia completa del poder estatal sobre esos espacios.

Las exenciones y beneficios ofrecidos a los inversionistas chinos son percibidos como un ataque directo a la economía nacional y los derechos de los trabajadores.

Gutiérrez critica la promesa de costos de energía a "precios preferenciales" para los chinos. Mientras inversionistas nacionales y extranjeros (no chinos) pagan "altísimas" facturas, el trato preferencial a los asiáticos generará problemas de competitividad, lo que llevará a corporaciones a "sufrir el golpe" y, muy probablemente, a "tener que cerrar". Lo considera un "trato totalmente desleal".

Alex Aguirre enfatiza el nulo cumplimiento de derechos laborales y humanos dentro de estas zonas. "Cualquier persona... que vaya a trabajar a cualquier tipo de negocio o fábrica que se vaya a desarrollar en estas zonas, no va a tener ni un solo tipo de derecho laboral", pues el Ministerio del Trabajo de Nicaragua no tendrá jurisdicción. El activista concluye que el salvavidas que el régimen busca ante las eventuales sanciones de Estados Unidos por violaciones laborales, gracias a estas zonas, es una mera maniobra.

Enrique Martínez, otro opositor nicaragüense, afirma que este modelo genera una "táctica de comercio desleal" que afecta directamente a pequeños productores y comercios locales ("pulperías de los barrios") debido a las menores cargas tributarias que se otorgan a los comercios chinos.

Sobre la narrativa oficial de que estos acuerdos con China son la alternativa a la posible suspensión del CAFTA (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica), Martínez lo califica de "totalmente iluso". Para el analista, transformar un mercado dependiente del eje norteamericano y latinoamericano para reemplazarlo por uno distante como China no se logra "de la noche a la mañana". Alex Aguirre sentencia que, en absoluto, el país gana algo o China reemplaza exitosamente al CAFTA.

"Colonización Económica" 

La conclusión de los expertos es sombría. Alex Aguirre y Enrique Martínez coinciden en que el patrón de inversión de China es meramente extractivista. Aguirre advierte que China no va a invertir en transferencia tecnológica, sino que "viene a extraer todo tipo de minerales. Todo el oro que puedan sacar lo van y lo van a extraer de esas tierras". También se prevé la expansión de fronteras agrícolas y ganaderas, "destruyendo los terrenos y las selvas vírgenes" y desplazando a la población nicaragüense, sea esta mestiza, indígena o criolla.

Para Alex Aguirre, este escenario configura una "nueva colonización" y convierte a Nicaragua en un "protectorado económico" sin soberanía. La opacidad de estas zonas extraterritoriales, afirma, abrirá la puerta no solo a negocios, sino también a la posibilidad de que el "crimen organizado" opere en ellas, citando ejemplos de tráfico de personas, tráfico de órganos y "esclavitud moderna" que se han visto en mecanismos similares en otros continentes.

Alfredo Gutiérrez lanza un llamado categórico a la comunidad internacional y a la oposición. Gutiérrez sostiene que "todos los convenios, créditos, acuerdos de cualquier índole" que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo estén haciendo con el gobierno o empresas de la República Popular de China son "ilegítimos, ilegales e inexistentes". Esta ilegitimidad radica en que tanto el régimen como sus diputados fueron electos en un proceso electoral considerado improcedente por organismos internacionales. Por ello, cualquier compromiso con China "van a ser y tienen que ser totalmente desconocidos en un futuro gobierno democrático en Nicaragua".  

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