Encuesta revela temor por purgas internas y sucesión dinástica en el régimen Ortega-Murillo
Una nueva encuesta de Hagamos Democracia refleja que la mayoría de los nicaragüenses percibe las recientes destituciones y arrestos dentro del régimen Ortega-Murillo como parte de una ofensiva de Rosario Murillo para consolidar su control y preparar la sucesión dinástica
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo atraviesa un proceso de depuración interna sin precedentes, que ha alcanzado tanto a funcionarios públicos como a antiguos cuadros históricos del Frente Sandinista. De acuerdo con el Informe sobre la percepción de la realidad política, social y económica de Nicaragua, elaborado por Hagamos Democracia entre el 25 y 30 de septiembre de 2025, un 62% de los encuestados considera que Rosario Murillo está removiendo a figuras leales a Ortega como parte de una estrategia de sucesión interna, mientras que un 29.5% atribuye las destituciones a fisuras dentro del régimen.
Solo un 7.75% de los consultados cree que estas medidas obedecen a sanciones por corrupción, lo que evidencia que la población percibe las purgas como una reconfiguración del poder en el círculo sandinista, donde la lealtad absoluta a Murillo se ha convertido en la principal garantía de supervivencia política.
El estudio, realizado en 40 municipios del país con una muestra de 400 personas, refleja una creciente percepción de que el país vive una etapa de consolidación autoritaria, en la que incluso los aliados históricos del sandinismo —como Bayardo Arce y Álvaro Baltodano— son considerados prescindibles. Las recientes detenciones, destituciones y muertes bajo custodia son interpretadas por la ciudadanía como parte de una estrategia de control total y de blindaje dinástico encabezada por Murillo.
Sucesión familiar en marcha
La encuesta también revela una preocupación extendida por la sucesión dinástica dentro del régimen. Un 62.75% de los encuestados considera que el poder será transferido a Laureano Ortega Murillo, hijo de los actuales copresidentes, mientras que un 36% cree que Rosario Murillo asumirá formalmente el mando una vez que Daniel Ortega quede inhabilitado o fallezca. Apenas un 1.25% dijo no saber quién será el sucesor.
El porcentaje que cree que Laureano Ortega será el heredero político aumentó 10.11 puntos porcentuales respecto a la medición anterior, lo que refleja la creciente visibilidad del hijo del mandatario en funciones clave del gobierno, la diplomacia y la administración de los negocios familiares.
Según el informe, las recientes reformas constitucionales y la concentración de poder en la figura de Murillo están diseñadas para garantizar la continuidad del clan familiar en el poder. La mayoría de los consultados coincide en que el régimen ha desdibujado las fronteras entre el Estado, el partido y la familia Ortega-Murillo, avanzando hacia un modelo de sucesión hereditaria sin precedentes en la historia reciente de Nicaragua.
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