Dora María Téllez advierte a Daniel Ortega que sus alianzas estratégicas con Rusia o China "no lo salvarán"
Mientras Nicaragua enfrenta una emergencia por lluvias torrenciales que han dejado comunidades anegadas y cientos de evacuados, el dictador Daniel Ortega permanece desconectado de la tragedia. Así lo denuncia la exguerrillera y analista política Dora María Téllez, quien desde el exilio advierte sobre el aislamiento internacional del régimen, su incapacidad de respuesta ante crisis internas y la creciente descomposición de sus estructuras de poder

Mientras las lluvias torrenciales castigan a Nicaragua, provocando inundaciones y evacuaciones masivas en ciudades como El Rama, la excombatiente guerrillera y ahora exiliada, Dora María Téllez, analiza en su editorial semanal la indiferencia del dictador Daniel Ortega y su creciente preocupación por un aislamiento geopolítico que lo deja sin aliados confiables.
Téllez, desterrada por la dictadura sandinista, analiza la realidad nacional e internacional, revelando la fragilidad de un poder que se tambalea y refiriéndose a los estragos de las lluvias, que en los últimos días han desbordado ríos y anegado comunidades.
"Ya el Río Escondido tenía 8 metros por su nivel y ya pues los siguientes días inundó prácticamente la ciudad del Rama, ya hay evacuados los centenares de personas, niñas, niños, mayores, que han tenido que ser sacados por la intensidad de la lluvia, hay que cuidarse", alerta Téllez, instando a la población a la precaución ante el pronóstico de más precipitaciones.
Sin embargo, esta dramática realidad parece ajena al dictador. Téllez relata cómo Ortega, en un acto de ascenso de comisionados generales, ignoró la crisis climática.
"Y todo esto estaba pasando cuando el dictador habló en un acto de ascenso de comisionados generales el lunes, pero no se había dado cuenta. Dice que en la sala de televisión que él tiene no habían llegado esas noticias y pues pasó todo el tiempo hablando de Irán, de la guerra entre Israel e Irán y los Estados Unidos".
Este desinterés por la tragedia nacional, según Téllez, revela una desconexión preocupante y una obsesión por la geopolítica, que paradójicamente, le está dando una amarga lección.
Según la analista, Daniel Ortega ha apostado su "seguridad en una alianza geoestratégica con Rusia y China", siendo la relación con Rusia de una "naturaleza de defensa y seguridad", como ellos mismos han declarado.
Sin embargo, Téllez es contundente al cuestionar la eficacia de estos pactos o acuerdos firmados con Rusia sobre defensa, seguridad, ella considera que son ineficaces. Ejemplificó con la reciente escalada entre Irán e Israel.
"Los rusos lo que hicieron fue llamar por teléfono a Israel, llamar por teléfono a Irán y decirles que la llevaran al suave. Y los chinos también pues hicieron unos llamados en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que se aplacara la guerra. Pero no metieron la mano por Irán", subraya Téllez. Para la exguerrillera, esta neutralidad de los supuestos aliados es la "razón principal de la preocupación de Ortega de su propia condición". La conclusión es lapidaria: "Pues a él no le preocupa tanto el conflicto entre Irán e Israel. No es gran cosa para Ortega y lo que le preocupa en realidad es que ni Rusia ni China hicieron absolutamente nada por apoyar a Irán".
La preocupación de Ortega se extiende al ámbito interno. Téllez recordó la aparición pública del dictador en el acto de ascenso en grados, donde habló de unidad, lo que a su juicio es una señal de alarma.
"¿Quién llama a unidad si no hay división? ¿Qué necesidad tiene de llamar a la unidad del ejército, la policía y el Ministerio del Interior, si no hay fragmentación o al menos él sospecha que hay fragmentación o él y ella sospechan de que hay una situación crítica dentro". La retórica sobre la unidad y la advertencia contra "los traidores" revela la inestabilidad que persigue al régimen.
La también historiadora, dijo que la represión, incluso brutal, tampoco le rinde frutos. El reciente asesinato de Roberto Samcam en su propia casa, que Téllez atribuye directamente a los Ortega-Murillo, es un ejemplo de la mano dura del régimen.
"Imposible la que alguien se haya tomado la libertad de mandar a matar a Roberto Samcam en su propia casa sin la autorización de los Ortega Murillo. Ese cuento es imposible de creer", afirma Téllez, señalando el "total silencio en los medios de los Ortega Murillo" como prueba. Sin embargo, estas acciones son inútiles: "Pueden mandar a matar a otros opositores, perfectamente. Pero no les va a servir de nada. Porque ni hay respaldo ellos dentro del pueblo nicaragüense sino resistencia y hay malestar creciente dentro del ejército y la policía".
Finalmente, Dora María Téllez celebra los recientes avances en derechos humanos que perjudican al régimen, como la elección de Rosa María Payá, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el cierre de la revisión anual en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Este último, dice, "le dicen al régimen en Nicaragua de que libere a los presos y presas políticas de manera incondicional, que cese la represión, que se encamine a la democracia".
Para Téllez, estos eventos no son insignificantes para el régimen: "No es cierto que esto le entra por un oído y le salen por otro. No es cierto. Todo les hace daño ellos y ahora pues ya sabemos no tienen manera de salvarse. Hoy los nicaragüenses los va a enterrar y nadie va a salir a defender".
La exguerrillera concluye con una predicción sombría para la dictadura, augurando un final inevitable a manos de su propio pueblo y sin el apoyo externo que tanto anhela.
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