Régimen Ortega Murillo emite fría felicitación al papa León XIV, tras un día de silencio

Tras un día completo de silencio, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo finalmente emitió un escueto y cuidadosamente medido comunicado para felicitar al nuevo papa, el estadounidense Robert Prevost, quien fue elegido como León XIV. La copresidenta sancionada Murillo, en una de sus alocuciones diarias, confirmó que se envió un mensaje al Vaticano, aunque sin mostrar mayor entusiasmo ni profundidad diplomática.

“El día de hoy hemos enviado un mensaje a su Santidad, el papa León XIV, de parte del pueblo nicaragüense y le decimos Daniel y yo que firmamos este mensaje que le saludamos desde nuestra Nicaragua cristiana, socialista, solidaria, bendita y siempre digna y libre por su elección como pontífice y suma autoridade de la iglesia católica en el mundo, al congratularle desiamos expresar también nuestra aspiración desde su elevada responsabilidad pueda contribuir a promover la paz…”, leyó Murillo, en un tono monótono y sin énfasis.

“Su Santidad : Le saludamos desde nuestra Nicaragua Cristiana, Socialista, Solidaria, Bendita y Siempre Digna y Libre, por su Elección como Pontífice y Suma Autoridad de la Iglesia Católica del Mundo”. Y continúa: “Al congratularle, deseamos expresar también nuestra aspiración de que desde Su Elevada Responsabilidad pueda Usted contribuir a promover Paz, Encuentro, Concordia y los Valores que la Familia Humana tanto necesita”, se puede leer en el breve comunicado.

El gesto diplomático contrasta marcadamente con el pasado reciente, pues el ahora papa León XIV —cuando aún era cardenal y miembro de la Conferencia Episcopal del Perú— fue una de las voces que denunció con firmeza la persecución del régimen sandinista contra la Iglesia católica en Nicaragua.

En agosto de 2022, la Conferencia Episcopal del Perú, con el respaldo de Prevost, envió una carta a su par nicaragüense expresando su "clamor por justicia" ante los constantes atropellos del gobierno de Ortega. “Hemos visto con tristeza, por los medios de comunicación, la agresión y destrucción de imágenes y símbolos religiosos católicos, golpeando con ello no solamente la sensibilidad religiosa de un pueblo creyente sino también ofendiendo las raíces cristianas que constituyen la idiosincrasia de esa nación”, expresaron entonces los obispos peruanos.

El tibio pronunciamiento de Ortega y Murillo se produce en un contexto de relaciones suspendidas entre Managua y el Vaticano. Desde 2018, el régimen ha expulsado a al menos 46 sacerdotes y obispos, ha expropiado a la Compañía de Jesús —orden a la que pertenecía León XIV— y ha cerrado numerosos templos e instituciones religiosas. Ortega ha llegado a calificar al Vaticano como parte del “conglomerado del fascismo” y ha acusado a la Iglesia católica de ser “una mafia” y “antidemocrática”.

Con este historial de confrontación, la moderación del mensaje oficial parece menos una felicitación sincera y más una formalidad diplomática forzada ante la realidad de una nueva figura pontificia con historial crítico hacia el régimen.