Un Grito por Nicaragua y el Derecho al Retorno, en el Día Mundial del Refugiado

Hoy, 20 de junio, en el Día Mundial del Refugiado, alzamos la voz por Nicaragua, un país desangrado por la represión y la falta de libertades. 

Es un día para recordar y honrar la resiliencia de millones de personas que han sido forzadas a abandonar sus hogares, y en particular, para visibilizar la dolorosa realidad de nuestros hermanos nicaragüenses.

Nicaragua enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, que ha empujado a un alarmante porcentaje de su población al exilio y la condición de refugiados en diversas naciones. Desde Costa Rica hasta Estados Unidos, pasando por España y otros rincones del mundo, miles de nicaragüenses han buscado refugio, huyendo de la persecución política, la violencia y la desesperanza.

Cada uno de ellos lleva consigo el dolor de la separación, la incertidumbre del futuro, pero también la inquebrantable esperanza de un retorno. No son cifras, son familias, jóvenes, profesionales, campesinos, defensores de derechos humanos, que han sido arrancados de su tierra natal por un régimen que les ha negado la paz y la justicia.

Es importante seguir con el compromiso inquebrantable por una Nicaragua libre y democrática, una Nicaragua donde nadie tenga que exiliarse por pensar diferente o por exigir sus derechos. 

Creo firmemente en el derecho de todo nicaragüense a vivir, trabajar y prosperar en su propia patria, sin miedo ni coacción.

A los miles de nicaragüenses exiliados y refugiados, fuerza y unidad: su sacrificio no es en vano. La diáspora nicaragüense es un motor vital para el cambio, una voz poderosa que resuena en el mundo entero.

Mantengamos viva la llama de la esperanza. Trabajemos juntos, dentro y fuera de Nicaragua, para construir el camino que permita el pronto retorno de cada uno de ustedes. Soñemos y luchemos por una Nicaragua donde las puertas de la patria estén abiertas de par en par para todos sus hijos e hijas, donde puedan regresar a sus hogares, reunirse con sus seres queridos y reconstruir un futuro de dignidad y libertad.

¡Nicaragua nos espera! Y con la fuerza de la unidad y la convicción en la justicia, estamos seguros de que ese día de retorno triunfal está cada vez más cerca.

El autor es presidente del movimiento político, UNAMOS, y se encuentra exiliado en España por la persecución del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.