“Quien actúa contra el Espíritu Santo se convierte en sembrador del caos”, denuncia padre Marcos Somarriba

En una homilía cargada de fuerza espiritual y advertencia moral, el Padre Marcos Somarriba, párroco de la iglesia católica Santa Agatha en Miami, denunció con claridad las señales del rechazo al Espíritu Santo durante la Solemnidad de Pentecostés.

“Quien actúa contra el Espíritu Santo se convierte en sembrador del caos, de la mentira y de la destrucción de todo lo que Dios quiere construir”, sentenció Somarriba, en lo que fue una de las frases más impactantes de su mensaje.

La festividad, que conmemora el nacimiento de la Iglesia y la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, fue el contexto en el que el sacerdote elevó un llamado urgente a la conciencia nacional, al advertir que muchos comportamientos, tanto individuales como colectivos, están siendo guiados por fuerzas contrarias al bien divino.

Frutos podridos: lo que deja la ausencia del Espíritu

Somarriba advirtió que cuando una persona o un grupo se alejan del Espíritu Santo, surgen frutos podridos que destruyen el tejido de la sociedad: “En lugar de amor, siembran odio; en lugar de paz, cultivan inquietud y ansiedad”.

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“Vemos cómo destruyen pueblos, comunidades y familias enteras. Producen tristeza, miedo y dividen con gozo cínico, convencidos de que controlan lo que en realidad les consume por dentro”, enfatizó.

También denunció el auge de prácticas ocultistas y esotéricas como señales del abandono de la fe cristiana: “Estas personas han olvidado que son hijos de Dios y buscan convertirse en semidioses de barro. Pero viven enfermos del alma, no duermen, no descansan, y su conciencia nunca tendrá paz”.

Traición, arrogancia, crueldad: señales claras del rechazo a Dios

En una enumeración que hizo eco en todos los presentes, el sacerdote describió los “frutos contrarios al Espíritu”: la traición sin límites, la falta de dominio propio, el cinismo de quienes venden incluso a sus propias madres o hijos, y una arrogancia perversa que convierte al pueblo en víctima de la miseria y la opresión.
“Traicionan a todos por igual. No tienen seguidores, solo secuaces financiados. Y su reinado es de miedo, no de verdad”, denunció.

Fue más allá al denunciar que ni siquiera muestran piedad por sus propios familiares.

“Son capaces hasta de vender a sus propias madres y a sus propios hijos con una frialdad que demuestra su frialdad y cinismo, también, si son capaces de traicionar a los suyos propios ¿que más pueden esperar los que les rinden pleitesía, servilismos y lealtad?”, añadió.

Discernir el Espíritu: construir o destruir

Somarriba cerró su mensaje con un llamado claro a todos los cristianos: elegir conscientemente entre el Espíritu que edifica y el espíritu que destruye.

“Actuar contra el Espíritu Santo es sembrar muerte. Pero actuar con Él es construir vida, paz, justicia y comunidad. Hoy más que nunca debemos discernir qué frutos damos y a qué espíritu servimos”, concluyó.