Reubican a Ramona Rodríguez en centro de emprendimiento, un cargo inventado por Murillo
La salida de Ramona Rodríguez del CNU no es una renuncia honorable, sino una caída disfrazada. El régimen Ortega-Murillo la reubica en un cargo sin poder, mientras Acción Universitaria denuncia el fin de la autonomía universitaria y el avance del control totalitario sobre la educación en Nicaragua

La salida de Ramona Rodríguez del Consejo Nacional de Universidades (CNU) no representa la "salida decente" que el régimen Ortega-Murillo intenta proyectar. Se trata, más bien, de una caída vergonzosa disfrazada con un cargo de consolación en una entidad recién creada: un premio por su fidelidad al desmantelamiento de la autonomía universitaria.
Así lo denuncia Edgard Blanco, de Acción Universitaria, cuyas declaraciones a 100% Noticias revelan la maniobra del régimen para suavizar el abrupto final de una gestión marcada por la represión y la sumisión.
La "dignificación" de una caída
Blanco califica la creación del "Centro Nacional de Emprendimiento La Sandino" como un “premio de consolación” para Rodríguez. A su juicio, esta entidad presentada con un modelo supuestamente universitario solo busca disimular su salida y recompensarla por su complicidad en la destrucción del sistema universitario autónomo.
“Sin duda alguna y la forma en la que se está presentando este famoso centro La Sandino, que es el Centro Nacional de Emprendimiento La Sandino, que tiene el modelo supuestamente de una universidad, es un premio de consolación para sacar de forma mucho menos abrupta y mucho más suave a Ramona Rodríguez y de alguna manera premiarla, pues, por su servicio leal a la dictadura o por su servilismo a la dictadura en la destrucción del sistema de universidades y el sistema de autonomía universitaria”, dijo.
Centralización y fin de la autonomía
La eliminación del CNU y su reemplazo por una entidad completamente centralizada responde a una estrategia clara del régimen al imponer la idea de que “es mejor el control totalitario del Estado ante cualquier ente”, comenzando por la educación.
“La autonomía del manejo de fondos se acabó. Ellos lo que están haciendo en el fondo es instaurar poco a poco en las psiquis de las personas que es mejor el control totalitario del Estado ante cualquier ente. Y lo están iniciando por la educación”, enfatizó Blanco.
El control absoluto del nuevo centro por parte de la Procuraduría y el Ministerio de Hacienda sella el fin de la autonomía universitaria. Para Blanco, este modelo permite que “el Estado partido sandinista administre todos los fondos, incluyendo los de las universidades”.
"Aquí la autonomía se acabó, la liquidamos y no pasa nada", sentenció.
Reubicación sin poder
Según Blanco, el nuevo cargo de Rodríguez carece del poder que tenía como presidenta del CNU, desde donde manejaba fondos públicos, designaba autoridades académicas y dirigía universidades confiscadas. Su salida obedece más a su inutilidad política -por estar sancionada internacionalmente- que a una reestructuración genuina.
Blanco asegura que esta “reubicación” es un mensaje para otros rectores fieles al régimen, es decir, habrá premios de consolación mientras sigan el camino del servilismo.
“Solamente lo han hecho para decirle a Ramona Rodríguez, ‘No te preocupes, no te estamos purgando, simplemente te estamos moviendo’, pero la mueven a una cosa recién creada, sin importancia”, indicó.
El oscuro Legado de “La Monchita”
Rodríguez, también llamada por Murillo “La Monchita” deja tras de sí un legado sombrío de represión, adoctrinamiento y destrucción institucional. Fue incluida en la Lista Engel del Departamento de Estado de EE. UU. en diciembre de 2023, acusada de socavar la democracia y tomar represalias contra opositores.
Su gestión fue clave para permitir el ingreso de policías y paramilitares a recintos universitarios durante las protestas de 2018, lo que culminó en el ataque armado a estudiantes refugiados en la parroquia Divina Misericordia. Días después de ese ataque, fue nombrada presidenta del CNU. En agosto de ese mismo año, lideró la expulsión masiva de estudiantes sin debido proceso ni derecho a apelación.
Rodríguez también impulsó la confiscación de universidades privadas críticas al régimen. Junto al CNU, pidió al Ministerio de Gobernación cancelar su personería jurídica y, tras la toma de los inmuebles, impuso autoridades afines.
Además, promovió el adoctrinamiento político estatal en las aulas y respaldó la reforma a la Ley de Autonomía Universitaria, que otorgó al Ejecutivo el control absoluto de las universidades. La reforma de noviembre de 2023 convirtió al CNU en una extensión del régimen, eliminando la elección interna de su presidencia y entregándola directamente a Ortega y Murillo.
Blanco interpreta la remoción de Rodríguez como una advertencia para otros funcionarios que, al igual que ella, han dejado de ser funcional al régimen. “La dejaron ahí hasta donde pudieron, pero un sancionado ya no puede firmar cheques, ya no puede autorizar transacciones bancarias”, concluyó.
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